El Canciller Marcelo Ebrard acudió a Estados Unidos para traer a casa un monumento olmeca robado desde los sesenta a Morelos. Pese a ser la recuperación arqueológica más importante, la entidad aún espera justicia por el saqueo de 200 piezas, murales y obras de arte durante la construcción de un Costco-Soriana sobre un sitio olmeca en Cuernavaca con “complicidad” de autoridades durante el foxismo.
Ciudad de México, 21 mayo (SinEmbargo).– Ante la repatriación del monumento olmeca “El Monstruo de la tierra” de Estados Unidos hacia casa, la zona arqueológica de Chalcatzingo, Morelos, un grupo de ciudadanos recordó que en la administración de Vicente Fox Quesada (2000-2006) y alcaldes panistas también hubo un saqueo de vestigios y arte en Cuernavaca aún en impunidad.
El Frente Cívico, constituido desde hace dos décadas, mantiene una denuncia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) por “la destrucción del patrimonio cultural y ambiental” en el predio del hotel Casino de la Selva, donde en 2001 se construyó un Costco y Comercial Mexicana (Soriana) pese a que se encuentra el sitio arqueológico olmeca Gualupita, donde el INAH encontró 200 piezas olmecas de hace 3 mil años previo a las obras. Un diagnóstico de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas señaló desde 2003 que se logró gracias a la “complicidad” de las autoridades de Morelos de esa época.
“[En] la destrucción del Casino de la Selva, donde en una sola acción la empresa Costco-Comercial Mexicana, con la complicidad de las autoridades del estado de Morelos, [se] vulneró el derecho a un medio ambiente sano al proceder a la tala inmoderada; el derecho al disfrute del patrimonio histórico, artístico y cultural al destruir zonas arqueológicas, monumentos, murales y esculturas representativas del arte mexicano de la segunda mitad del siglo XX, y los derechos civiles y políticos al proceder a reprimir a ciudadanos en oposición a la destrucción del sitio”, evaluó.
El Casino de la Selva era un hotel emblemático del centro de Cuernavaca de la década de los treinta, renovado en 1956 y visitado por miles de morelenses y turistas. En los noventa, cuando era propiedad de SIDEKSITUR, fue un balneario popular. Pero tras la crisis financiera de 1994-95 y la falta de mantenimiento de los gobiernos de Morelos, cerró en 1997. Lo cedió a la Tesorería en el Gobierno de Vicente Fox, que en mayo de 2001 enajenó el inmueble –en licitación pública sin más de tres participantes– al grupo trasnacional Costco por sólo 11 millones de dólares, una tercera parte del valor comercial de la zona y obviando su acervo cultural. El dueño anterior, SIDEKSITUR, adquirió el predio por 33 millones de dólares, documenta la denuncia internacional.
A lo largo de sus 140 mil metros cuadrados, había vestigios arqueológicos, jardín botánico con más de dos mil plantas tropicales y albergaba murales estilo la Capilla Sixtina, esculturas de Florentino Aparicio y obras del refugiado José Renau, Jorge Flores, Dr. Atl, entre otros, por lo que un grupo de ciudadanos creó el Frente Cívico en Defensa del Casino de la Selva, que propuso rescatar al hotel y convertirlo en centro cultural comunitario.
Luego de que su protesta en el INAH y denuncias ante la Procuraduría de Morelos, la Profepa y la Comisión Estatal de Derechos Humanos han sido ignoradas, el Colectivo acudió en mayo de 2014 a la CIDH.
“Está en juego entender las raíces de la civilización mesoamericana aquí, ya que Morelos cuenta con características geobiológicas únicas en el mundo. Costco debe salirse de México porque violó la ley”, dijo a este medio un integrante del Frente Cívico a casi una década de esta denuncia en la fila.
SAQUEO DE VESTIGIOS Y DESTRUCCIÓN DE MURALES
Desde 1997, cuando cerró las puertas el hotel Casino de la Selva, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) pidió a las autoridades de Cuernavaca, bajo la gestión del panista Sergio Estrada Cajigal Ramírez, evitar futuras excavaciones arqueológicas, y advirtió al Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) la necesidad de proteger la importante obra artística que albergaba.
Pero en diciembre de 2000 y marzo del 2001, el panista Presidente Municipal de Cuernavaca, José Raúl Hernández, modificó el “uso de suelo” de la fracción del predio de 92 mil metros cuadrados por el de “usos especiales”. Y luego el propio director del INAH, Ramón Lépez, dijo que las 200 piezas olmecas halladas en el cuadrante de la zona no ameritaba cancelar la obra del Costco.
En mayo de 2001, se registraron graves daños en la nave principal de murales denominada la Capilla Sixtina del siglo XXI, que representan la última fase del muralismo mexicano, y posteriormente desaparecieron algunas obras. Se detectaron daños a los tres murales de José Renau, José Reyes Meza y de Jorge Flores utilizando barretas, cinceles, mazos y lijadora industrial, de acuerdo con archivos fotográficos y la denuncia 43/FEDA/2002 ante la PGR, donde los ciudadanos acusaron que el daño fue “intencional” para poder comenzar la construcción del centro comercial.
Pero Walter Bosterley, director del Centro Nacional de Conservación y Registro del INBA, argumentó que los daños se debían a “los 17 años” de abandono del inmueble. Costco ofreció “donar” a Cuernavaca los murales de Renau y Meza, así como un millón de dólares para su restauración y traslado, pero nunca se concretó.
“El director del Instituto de Cultura de Morelos dejó muy claro que desde el Gobierno no se podía hacer nada para salvar al patrimonio cultural”, aseguró Juan Robert del Frente Cívico durante el documental “El Casino de la Selva: la defensa del patrimonio” (2003) de Pablo Gleason.
No obstante, no solo se destruyeron murales. “Del inventario cultural, no se tiene noticia del destino de siete murales que suman un total de 600 metros cuadrados, entre los que destacan los tres tableros de 4×5 metros del Dr. Atl (Gerardo Murillo), así como de la obra escultórica de Sebastián Aparicio en piedra y bronce, y el monumento colonial del siglo XVI, es decir, la fuente de piedra construida en la fundación de la ciudad de Oaxaca”, dice la denuncia presentada ante la CIDH.
En julio de 2001, inició la destrucción del Casino de la Selva sin autorizaciones como la licencia de construcción, el estudio de impacto ambiental ni la consulta pública. Hasta junio de 2002, cuando ya habían habido varias protestas ciudadanas y de comerciantes contra Costco, la autoridad ambiental de Cuernavaca aprobó la Manifestación de Impacto Ambiental a la inmobiliaria CWM para la “construcción y operación de las instalaciones de Costco y Mega Comercial Mexicana (Soriana) en el inmueble Casino de la Selva”.
Y hasta el 20 de agosto de 2002 la Secretaría de Desarrollo Urbano dio la licencia de construcción. Al siguiente día, el 21 de agosto, el municipio de Cuernavaca del panista Raúl Hernández Ávila envió a cientos de elementos policiacos para desalojar el plantón del Frente Cívico que llevaba dos meses.
Al estilo Atenco de esa época, hubo la detención arbitraria de 33 personas, incluyendo menores de edad, por presunto ataque a las vías de comunicación, desobediencia, motín e incluso sabotaje, documentan videos ciudadanos consultados por este medio. Salieron del penal de Atlacholoaya bajo fianza por la presión social.
Los ciudadanos levantaron una queja contra los servidores públicos por detención arbitraria ante la Comisión de Derechos Humanos de Morelos (CEDH 613/2002), de la que derivó la recomendación CNDH 003/05 impugnada por las autoridades señaladas y ya no disponible en el portal de la CNDH.
Además se talaron árboles en el jardín botánico, uno de los pulmones y recarga de acuíferos más significativo para Cuernavaca. Había cerca de 45 especies como laureles de la India, tulipanes africanos, cipreses, almas, mangos, guayabos, fresnos, eucaliptos, jacarandas y tabachines, hábitat de aves, mamíferos, y reptiles de distintas especies.
“El primer censo es otorgado por la Dirección de Ecología Municipal de Profepa de 338 árboles en el 2001, y Profepa recomendó al Presidente Municipal Raúl Hernández de que se preserven en su totalidad. El segundo censo es a petición de Guardianes de los Árboles en septiembre de 2002 y se censan 461 árboles. Y el tercer censo es a inicios de 2003 a petición de Costco y se censan 353 árboles, y la última cifra que tenemos es la del estudio ambiental de Costco donde están registrados 318 árboles, entonces de 938 árboles baja a 353, dónde están los árboles restantes”, dijo Flora Guerrero, integrante del Frente Cívico.
Dulce Olvera
Reportera de temas de crisis climática, derechos humanos y economía. Egresada de la FCPyS de la UNAM.