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Los empleos tóxicos de NL – Empresas de EU reciclan baterías en Monterrey. Es barato: contaminan y nadie reclama

Las organizaciones Occupational Knowledge International y Casa Cem advierten en un informe que las comunidades cercanas a las recicladoras de baterías, ”pueden tener contaminación del suelo y polvo por las emisiones de plomo en el aire proveniente de estas plantas”. Por ello establecen la necesidad de hacer pruebas de suelo en áreas residenciales y parques públicos aledaños para determinar el alcance de la contaminación.

Ciudad de México, 20 de marzo (SinEmbargo).– Empresas estadounidenses que se dedican a reciclar baterías en territorio mexicano incumplen las laxas regulaciones del país y contaminan con altos niveles de plomo en y alrededor de las instalaciones en donde laboran trabajadores mexicanos, quienes son expuestos a este metal tóxico, el cual pone en riesgo su salud, revela un informe realizado por las organizaciones Occupational Knowledge International, con sede en San Francisco, y la mexicana Casa Cem.

Seis de las siete plantas analizadas están en Monterrey y su Zona Metropolitana, en donde las muestras revelaron niveles de plomo muy por encima del límite legal permitido en México. Se trata de las plantas de Clarios, en García y Ciénega de Flores; la de RIASA Grupo Gonher, en Santa Catarina; Corporación Pipsa, en García; RECMAT de Mexico, en Monterrey; Eléctrica Automotriz Omega, en doctor González, y DIAN Procesos Metalúrgicos, en El Salto, Jalisco.

Clarios, el mayor fabricante de baterías de automóviles del mundo, fue responsable del 68 por ciento de todas las exportaciones de baterías de plomo usadas enviadas desde EU a México en 2021. Precisamente una de las instalaciones más contaminantes fue la de Ciénega de Flores que tuvo una concentración media de plomo en el suelo de 1,118 ppm, dice el reporte.

En el año 2013, la Comisión para la Cooperación Ambiental (CCA) indicó en un informe previo que esta instalación tenía las emisiones de plomo en el aire más altas entre todas las plantas de reciclaje que reportaron al Registro de Emisiones y Transferencia de Contaminantes (RETC) en México.

México es en general el destino de entre el 75 y el 95 por ciento de las baterías usadas que se exportan anualmente desde Estados Unidos. Las empresas de este país exportan estos desechos ante “la falta de estándares de protección y la débil vigilancia de su cumplimiento”. Ambas organizaciones encargadas de este informe recolectaron 28 muestras de suelo para analizar la contaminación por plomo alrededor de las plantas de reciclaje de baterías de plomo.

“La CCA estimó que las emisiones de las plantas mexicanas de reciclaje de baterías de plomo eran unas 20 veces más altas que las de plantas similares en EU”, añade el documento de las organizaciones publicado en febrero de 2023.

Otro ejemplo de ello es el nivel promedio de plomo detectado en el suelo de los alrededores de la planta de García, la cual fue la que recibió la mayor parte de baterías de plomo usadas de los EU que cualquier otra instalación. Ahí el nivel fue de 8,502 ppm, es decir más de diez veces lo que determina la Norma Oficial Mexicana.

Clarios García: nivel de plomo en suelo del muro norte, 13,000 ppm. Foto: informe

En 2021 —año de las muestras— México importó más de 515 mil toneladas métricas de baterías de plomo usadas de Estados Unidos para procesar en ocho plantas. La fábrica de Clarios en García fue el principal destinatario, ya que absorbió el 43 por ciento de estas exportaciones desde las operaciones estadounidenses de la empresa.

El informe indica que México ha sido el mayor importador de estas baterías porque en el país operan con requisitos regulatorios menos estrictos que en los EU, una situación que fue evidenciada en 2013 por la CCA, que publicó un reporte en el marco del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, en el cual destacó algunas de estas deficiencias, incluida la diferencia en las normas de de aire ambiente y en las de concentraciones de emisiones permitidas de las chimeneas.

Cuando la CCA hizo notar las deficiencias regulatorias mexicanas en su informe de hace una década, ambos países actualizaron su normatividad de aire ambiente, pero México permitió niveles diez veces mayores que en los EU. Esto junto a los controles de salud ocupacional que en México también son mucho más permisivos propiciaron desde la publicación de dicho informe que las exportaciones hayan aumentando.

En esta última década, mientras Estados Unidos redujo los niveles permisibles de plomo en el aire ambiental, el valor normado para la concentración de plomo del aire ambiente en México fue, hasta el año 2021, diez veces más alto que el estándar en la Unión Americana. Actualmente la Norma Oficial Mexicana NOM-026-SSA1-2021 establece una concentración de plomo en el aire ambiente más de tres veces mayor a la de los EE. UU.

Además México actualizó la norma para el control de emisiones atmosféricas en la fundición secundaria de plomo (Norma Oficial Mexicana NOM-166- SEMARNAT-2014) luego de la publicación del informe de la CCA, pero la regulación permitió un período de ocho años de transición para lograr que las empresas cumplieran con el límite máximo permisible de 0.2 mg/m3 de plomo con muestreo trimestral requerido.

“El nivel de 0.2 mg/m3 debe entrar en vigor en enero del 2023, pero México carece de la capacidad de aplicación y de un programa de monitoreo ambiental suficiente para garantizar su cumplimiento”, dice el reporte que además señala que dada la falta de vigilancia sobre el cumplimiento de las regulaciones ambientales en México, “es poco probable que muchas empresas inviertan en equipos que controlen la contaminación, mismos equipos que serían necesarios para cumplir con una normatividad más estricta”.

El informe de Occupational Knowledge International y Casa Cem advierte que las comunidades cercanas a las recicladoras de baterías, “pueden tener contaminación del suelo y polvo por las emisiones de plomo en el aire proveniente de estas plantas”. Por ello establece la necesidad de hacer pruebas de suelo en áreas residenciales y parques públicos aledaños para determinar el alcance de la contaminación.

Además, alerta, “los niños que residen en estas áreas pueden verse afectados sin siquiera ser conscientes de este riesgo”. De ahí que las organizaciones plantean la necesidad de realizar análisis de plomo en la sangre entre los niños de estas comunidades de alto riesgo que se encuentran cerca de las plantas de fabricación y reciclaje de baterías de plomo.

Si bien México ha realizado recientemente una encuesta nacional en la que se ha medido el plomo en la sangre, el informe indica que se requiere realizar pruebas específicas adicionales centrándose en las comunidades cercanas a las empresas que utilizan plomo.

En RIASA Grupo Gonher el nivel de plomo en el suelo de la cerca sur, 1,600 ppm. Foto: informe.

Adicionalmente, se necesita tomar acciones de transparencia para que las comunidades locales puedan estar al tanto de las emisiones de plomo de estas instalaciones, y que las autoridades mexicanas tomen medidas inmediatas para actualizar la norma de aire ambiente para plomo.

Las organizaciones también apuntan a Estados Unidos y denuncian “que debe reconocer que permitir que las baterías de plomo usadas clasificadas como desechos peligrosos se exporten a México y a otros países, contribuye a la injusticia ambiental en el extranjero”.

“Ya es tiempo de que los EU prohíba la exportación de este tipo de desechos peligrosos a instalaciones que operen con estándares ambientales más débiles y con poca vigilancia. Los esfuerzos en los EU bajo la Administración de Joe Biden para defender la justicia ambiental no deben detenerse en la frontera de los EU, sino que deben implicar trabajar con otros países para mejorar los estándares en industrias extremadamente peligrosas”, puntualizan las organizaciones en el informe.

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