Para no causar agravios, ni dejar encendidos rencores, una salida que se presume mínimamente digna o decorosa para que un funcionario público ineficiente o cuestionado deje su cargo, es la folklórica figura, típica de la política mexicana, conocida como la renuncia por motivos de salud.
En algunos casos sería aplicable de manera natural, si fuera fundada la presunción de que el Fiscal General de la República tiene delicados problemas de salud.
El desempeño de Alejandro Gertz Manero ha sido severamente cuestionado en la actual administración, pues se considera que desde su llegada a la institución no ha resuelto algún caso relevante.
Este viernes 20 de enero del 2023 el periódico español El País prendió algunas luces de alerta en el gobierno de la Cuarta Transformación que encabeza el presidente Andrés Manuel López Obrador.
“El Fiscal General de México, Alejandro Gertz Manero, ha sido sometido a una operación de la columna en una clínica de Estados Unidos de la que aún se encuentra en recuperación. En su lugar, ha quedado de encargado de despacho el fiscal especial Juan Ramos, mano derecha de Gertz, según han confirmado dos fuentes de la Fiscalía General de la República a El País. El funcionario ya está de regreso en México, y se espera que la próxima semana retome las riendas de la institución, han añadido las fuentes”, refiere la publicación española.
Agrega la nota de El País que “las complicaciones de salud del fiscal, de 83 años, explican su ausencia de las reuniones bilaterales de la Cumbre de Líderes de América del Norte -México-Estados Unidos-Canadá- hace una semana. El estado en el que se encuentra su salud se ha mantenido en el mayor hermetismo”.
El presidente López Obrador respondió durante su conferencia mañanera de este viernes 20 de enero del 2023 a las observaciones hechas por el columnista de El Financiero, Dario Célis, quien escribió: “El fiscal Alejandro Gertz Manero está bajo tratamiento en una clínica especializada en oncología de Baltimore, Estados Unidos. Fue llevado de emergencia en la última semana de diciembre”.
El periodista agregó que al fiscal general “lo sometieron a una operación no programada en la columna y desde entonces convalece en el extranjero. Sus funciones fueron tomadas por el secretario de Gobernación, Adán Augusto López”.
López Obrador minimizó las versiones que hablan de la salud comprometida del fiscal general de la República y negó que Adán Augusto realizara nuevas tareas: “Está muy bien Alejandro Gertz Manero, está haciendo su trabajo. Pues como todos, necesitamos a veces de alguna reparación (…) Está muy bien, es una buena persona, un buen servidor público, y está trabajando”.
Hay hechos que han exhibido un presumible afán vengativo y ventajoso en la conducta del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, a quien se ha señalado de usar sus influencias para inducir asuntos personales por la vía judicial.
Como sucedió el 28 de marzo del 2022, cuando la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) concedió un amparo liso y llano a Alejandra Cuevas y canceló una orden de aprehensión contra su madre Laura Morán Servín, de 94 años, señaladas por el supuesto homicidio de Federico Gertz, hermano del fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero.
Alejandro Gertz Manero sostenía la hipótesis de que Alejandra Cuevas y Laura Morán eran responsables de la muerte de su hermano, a quien no le brindaron los cuidados adecuados y suficientes durante una larga enfermedad.
Sobre el desempeño de la Fiscalía general se ha cuestionado que no ha logrado sentencia en el caso de los presuntos sobornos pagados por la empresa brasileña Odebrecht al exdirector de Petróleos Mexicanos, Emilio Lozoya Austin, que habrían sido utilizados para lubricar la buena voluntad de senadores y diputados en la aprobación de la reforma energética promovida por el gobierno de Peña Nieto.
De igual manera se le ha criticado que mientras el gobierno de Estados Unidos ha abierto expedientes de investigaciones por presumibles delitos contra personajes como el general Salvador Cienfuegos Zepeda, extitular de la Secretaría de la Defensa Nacional en el gobierno de Enrique Peña Nieto, detenido en Estados Unidos por acusaciones de estar vinculado al narcotráfico, en México ningún cargo se ha formulado en su contra.
Igual insatisfacción existe con respecto al caso de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad en la administración del panista Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, quien es procesado en una corte de Nueva York por presuntas vinculaciones con el narcotráfico y muy parecida es la situación del ahora finalmente detenido Ovidio Guzmán López, hijo de “El Chapo Guzmán”, en proceso de ser extraditado a Estados Unidos también por delitos de crimen organizado.
Respaldar a Gertz Manero ha sido una carga pesada y un desgaste permanente para el Presidente López Obrador. Pero ¿qué sucedería si renunciara por motivos de salud?
El artículo 102 de la Constitución General de la República establece que “para ser Fiscal General de la República se requiere: ser ciudadano mexicano por nacimiento; tener cuando menos treinta y cinco años cumplidos el día de la designación; contar, con antigüedad mínima de diez años, con título profesional de licenciado en derecho; gozar de buena reputación, y no haber sido condenado por delito doloso”.
Se explica que el Fiscal General durará en su encargo nueve años y describe el procedimiento para su designación.
Primera condición: “A partir de la ausencia definitiva del Fiscal General, el Senado de la República contará con veinte días para integrar una lista de al menos diez candidatos al cargo, aprobada por las dos terceras partes de los miembros presentes, la cual enviará al Ejecutivo Federal”.
Segunda condición: “Si el Ejecutivo no recibe la lista en el plazo antes señalado, enviará libremente al Senado una terna y designará provisionalmente al Fiscal General, quien ejercerá sus funciones hasta en tanto se realice la designación definitiva conforme a lo establecido en este artículo. En este caso, el Fiscal General designado podrá formar parte de la terna”.
Tercera condición: “Recibida la lista a que se refiere la fracción anterior, dentro de los diez días siguientes el Ejecutivo formulará una terna y la enviará a la consideración del Senado”.
Cuarta condición: “El Senado, con base en la terna y previa comparecencia de las personas propuestas, designará al Fiscal General con el voto de las dos terceras partes de los miembros presentes dentro del plazo de diez días”. En caso de que el Ejecutivo no envíe la terna a que se refiere la fracción anterior, el Senado tendrá diez días para designar al Fiscal General de entre los diez perfiles que haya incluida esa cámara en su lista original.
Quinta condición: Si el Senado no hiciera la designación en los plazos que establecen los párrafos anteriores, el Ejecutivo designaría al Fiscal General de entre los candidatos que integren la lista original propuesta por el Senado, o de la terna respectiva que en su momento el presidente de la República hubiese enviado.
En el pecado, la oposición podría llevar su propia penitencia, pues si se muestra renuente a ultranza en la aprobación de un fiscal que pudiera considerar afín al presidente de la República, la situación podría derivar en que, a su libre arbitrio, López Obrador designara un fiscal general provisional hasta en tanto se desigara al fiscal definitivo, para el periodos respectivo de nueve años.
Pero también podría suceder que Morena y sus aliados no respaldaran a los candidatos que tuvieran la anuencia del los opositores PAN, PRI, PRD y MC, lo que dejaría en manos de López Obrador la decisión final de nombrar al nuevo fiscal general, de una terna a su entero gusto e interés.
Pedro Mellado Rodríguez
Periodista que durante más de cuatro décadas ha sido un acucioso y crítico observador de la vida pública en el país. Ha cubierto todas las fuentes informativas y ha desempeñado todas las responsabilidades posibles en medios de comunicación. Su columna Puntos y Contrapuntos se ha publicado desde hace más de tres décadas, en periódicos como El Occidental, Siglo 21 y Mural, en Guadalajara, Jalisco. Es profesor de periodismo en el ITESO, la Universidad jesuita de Guadalajara.