De unos años a la fecha hemos visto, sin prestar mucha atención algunas ocasiones, lo que se ha nombrado reto o challenge en inglés. El rango en el que se presentan estos retos tiene una muy amplia gama de actividades e intenciones.
Hay quienes ponen retos que involucran buenos hábitos como levantarse a tiempo para alguna actividad recreativa o laboral, retos que involucran iniciar alguna actividad física como rutina de vida, retos relacionados al peso corporal, retos para combatir malos hábitos como fumar o beber alcohol, entre otros.
Es probable que los retos más escuchados son aquellos que se posicionan en las noticias por estar relacionados con un daño a quienes emprendieron ese reto o incluso por causar la muerte de quienes se aventuraron en un riesgo.
Estos riesgos se relacionan con dos tipos de reto. Uno involucra actividades que por la dinámica o la demanda física ponen en riesgo la integridad o la vida y el segundo tipo son los retos que involucran el uso de sustancias que ingresan al cuerpo por alguna vía.
La utilización de sustancias y objetos que se ponen en contacto con el cuerpo o se introducen de algún modo tienen de suyo una amplia gama de productos que van desde detergentes caseros, agua, hielo, bolsas de plástico, jarabes con medicamento, pastillas, alcohol y algunas más.
Quienes vemos pacientes en urgencias somos testigos involuntarios de estas tendencias en personas adultas y en adolescentes. Las motivaciones son muy similares. El deseo de pertenencia a un clan o aceptación llevan a las personas a no detenerse a pensar las consecuencias, lo justifican. Recuerden que ya hemos platicado que a la mente le gusta tener la razón mas que conocer la verdad y es por ello que nos rodeamos de personas que alientan, refuerzan y comparten nuestro estilo de vida, la forma en la que hablamos y porque no, también nuestros excesos y así, en grupo hurgamos justificaciones para nuestra conducta.
Los retos que han reportado el mayor numero de víctimas de lesiones e incluso la muerte han sido:
-El reto de perder el conocimiento: Inicialmente en 2008 surgieron videos en los que las personas se asfixiaban solas o acompañadas para después recuperar la conciencia, se utilizaba objetos como cuerdas, cinturones o bolsas para interrumpir la respiración. Desafortunadamente algunas personas no despertaban y en 2021 resurgió este reto en redes sociales.
-El reto de la difenhidramina: Por ser de venta libre se ingerían altas cantidades de este antihistamínico hasta que al persona tenia alucinaciones. Desafortunadamente este medicamento en dosis no apropiadas puede causar depresión respiratoria, náusea y vómito. Algunas personas murieron asfixiadas.
-El reto “Tide-Pod”: Se retaba a las personas a ingerir pequeños paquetes de plástico soluble conteniendo detergente para trastes o ropa. Los detergentes son tóxicos y cáusticos. Su ingesta causó en algunas personas presentaron quemaduras en la laringe, el esófago y algunas aspiraron la espuma causándoles neumonía química.
-El reto del Pollo NyQuil: En este reto se cocinaba pollo con este compuesto antigripal. Al calentar este antigripal algunos componentes modificaban su estructura química estando en consecuencia mas concentrados y causaban daño hepático, sincope y depresión respiratoria.
Recientemente en México surgió el reto del Clonazepam. Este medicamento es, o debería ser de prescripción y quienes lo vendan tienen que llevar un registro detallado de quién compra este medicamento. Evidentemente no es así. Se reportaron al menos dos grupos de estudiantes adolescentes en Guadalajara y Monterrey viendo quién “se dormía al último”. Aún cuando las autoridades de salud advierten los riesgos de muerte asociados a este reto, es importante conocer cómo este medicamento llega a manos de menores. Es una cadena de delitos y omisiones que tendrá consecuencias muy graves.
El sentir que la osadía y el valor mueven nuestras acciones aporta un ingrediente de emoción y adrenalina a la vida. Elegir cuáles de estas actividades no son de riesgo es un proceso de inteligencia y selección natural en el cual las personas más aptas para elegir tienen una expectativa y calidad de vida mejor.
Les invito a pensar, es altamente recomendable.
Héctor L. Frisbie
Nació en la Ciudad de México en 1965. Se graduó como Médico Cirujano en 1989 en la Ciudad de México. De la especialidad de Ginecología y Obstetricia en 1996 en la Ciudad de México. Fellow del Colegio Americano de Ginecología y Obstetricia. Se graduó en Alta Dirección en Instituciones de Salud Publica en el IPADE. Jefe de Servicio de Ginecología y Obstetricia del Centro Médico Dalinde en la Ciudad de Mexico. Director General del Hospital de Alta Especialidad Materno Infantil en León, Guanajuato. Es candidato al Doctorado en Salud Pública por la Universidad Walden en Minneapolis Minnesota. Desde 2010 practica medicina en EU. Participa regularmente en entrevistas de salud en las cadenas UNIVISION y TELEMUNDO. Tiene un canal educativo en YouTube en aspectos de Salud asociado a un noticiero y se transmite cada semana en la República Mexicana.