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Alfaro y MC van por el segundo lugar del PAN

Con un discurso sinuoso, que pretende ser críptico, pero que a pocos engaña, el Gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, trata de disimular las ansias que le consumen en su muy inocultable afán de convertirse en candidato presidencial por Movimiento Ciudadano en el 2024.

Pero en el fondo de la ambición desmesurada de Alfaro Ramírez está encubierto un propósito de mediano y largo plazo, que tendría que ver con sus cálculos, no carentes de razón, de que con su impulso como candidato presidencial, aún perdiendo la contienda, podría catapultar a su partido hacia la posición de segunda fuerza política indiscutible en México, después de los comicios del año próximo, desplazando al PAN.

Eso explicaría la renuencia del Gobernador jalisciense a considerar la posibilidad de sumarse a la alianza opositora PAN-PRI-PRD, en la cual está un partido, como el albiazul, al que los naranjas podría desplazar, y dos instituciones más, prácticamente defenestradas: el PRI, que podría desfondarse en los comicios por la gubernatura del Estado de México el domingo 4 de junio del 2023 y el PRD, que es sólo un pobre y triste cascarón vacío, al cual la coalición “Va por México” le está dando vida artificial.

El reciente sábado 25 de febrero del 2023, Alfaro Ramírez dio una conferencia en la Expo Guadalajara a la que le convocó la organización Confío en México, en la cual señaló: “Yo no ando buscando hueso ni chamba. Lo dije antes y lo digo hoy: no voy a volver a ser candidato a nada en mi vida, si no es a Presidente de México”.

Por supuesto, en un auditorio repleto de simpatizantes de Movimiento Ciudadano surgió el grito de “¡Presidente! ¡Presidente!”, el cual Alfaro Ramírez pretendió atemperar: “Se agradece el grito, pero todavía no sé qué voy a hacer. Pero sí digo algo, mi participación en la redacción de los siguientes capítulos de esta historia no va a ser para negociar posiciones políticas. Yo no voy a negociar tampoco embajadas o chambas para entregar nuestra dignidad, ni a nuestro estado”.

Por supuesto, el Gobernador emecista reiteró su rechazo a sumarse a la alianza opositora: “A este país lo podemos rescatar con la movilización política real, con mujeres y hombres de carne y hueso, no con membretes”.

Sin rubor alguno anunció que desde Jalisco se va a construir el futuro de México: “Yo me comprometo a que en estos meses por venir vamos a seguir manteniendo una comunicación cercana y estrecha con todas y todos ustedes, que queremos fortalecer la comunicación, que queremos seguir construyendo condiciones de gobernabilidad con todas las fuerzas políticas. Hemos podido establecer una agenda de entendimiento y trabajo que va más allá de la lucha electoral y que cuando llegue el momento, estoy seguro que Jalisco va a levantar la voz, va a organizarse, y desde Jalisco se va a construir el futuro de México”.

¿En qué se sustenta el optimismo de Alfaro Ramírez y Movimiento Ciudadano para rechazar a la alianza opositora?

A Movimiento Ciudadano le resultaría más rentable competir como fuerza independiente en la contienda presidencial del 2024, pues actualmente gobierna dos importantes estados, Jalisco y Nuevo León, y administra el destino de más de 14 millones de personas, en entidades que juntas suman más de 10 millones de votantes potenciales.

El PAN, la segunda fuerza electoral de México gobierna cinco estados: Guanajuato, Chihuahua, Querétaro, Yucatán y Aguascalientes. Están bajo gobiernos panistas más de 15 millones de personas, en entidades que suman casi 12 millones de votantes potenciales.

Movimiento Ciudadano le pisa los talones al PAN y en 2024 podría rebasarlo. En las más recientes elecciones se ha observado, en diferentes regiones del país, pero con las mismas características, un fenómeno de migración partidista muy interesante: los panistas desencantados prefieren votar por Movimiento Ciudadano, antes que por Morena, por el PRI o por el PRD.

Mientras que los priistas decepcionados de su partido y de sus dirigentes, que observan que el poder se les escapa de las manos, buscan de manera natural abrigo en las filas de Morena, antes que en el PAN, en MC, o en el PRD.

Por estas razones, los comicios del Estado de México del próximo 4 de junio serán clave para el futuro de las fuerzas políticas del país. Si los priistas pierden la gubernatura se quedarían sólo con la administración de los estados de Durango y Coahuila, si logran refrendar su victoria en esta última entidad.

Con Durango y Coahuila el PRI cerraría 2023 administrando la vida de casi cinco millones de personas, en entidades que suman cuando mucho tres millones y medio de votos potenciales.

Por lo tanto, si Morena ganara el Estado de México, la entidad con más población y más sufragios potenciales de todo el país, sumaría en el 2023, bajo administración de ese partido a 16 millones más de personas, de una entidad que tiene poco más de 12 millones de votantes potenciales.

Tendrían Morena y sus aliados los gobiernos estatales de 23 entidades federativas, entre ellas las que acumulan más población y votos del país: Estado de México, número uno; Ciudad de México, la segunda con más población y votos; Veracruz, la cuarta; Puebla, la quinta; Chiapas la octava con más votos y habitantes; Michoacán, la novena y Oaxaca la décima.

Un escenario de derrota de estas dimensiones de la alianza opositora, podría sembrar el desencanto entre millones de priistas que terminarían emigrando a Morena y algo similar podría suceder con panistas que buscarían una opción diferente en Movimiento Ciudadano, partido que desde hace varios años ha estado reclutando políticos albiazules.

Por todas estas razones, lo más probable es que Movimiento Ciudadano se mantenga en su posición de competir por separado en el 2024, con Enrique Alfaro Ramírez haciendo una apuesta ambiciosa de futuro, como candidato a la Presidencia de la República, para tratar de empujar a su partido a la posición de segunda fuerza política nacional, por encima del PAN.

En el 2024 Movimiento Ciudadano estaría también perfilado para retener Jalisco, donde Morena, su principal rival, carece de estructura partidista sólida y profesional, además de que no tiene -por el momento- figuras políticas que le sumen créditos a la marca del partido, como para darle el impulso suficiente para aspirar a la victoria.

Pedro Mellado Rodríguez

Periodista que durante más de cuatro décadas ha sido un acucioso y crítico observador de la vida pública en el país. Ha cubierto todas las fuentes informativas y ha desempeñado todas las responsabilidades posibles en medios de comunicación. Su columna Puntos y Contrapuntos se ha publicado desde hace más de tres décadas, en periódicos como El Occidental, Siglo 21 y Mural, en Guadalajara, Jalisco. Es profesor de periodismo en el ITESO, la Universidad jesuita de Guadalajara.

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