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Nearshoring: La oportunidad que nos dejó la pandemia

Esta estrategia, al igual que el offshoring, consiste en la externalización de ciertas partes de la producción de una empresa a terceros localizados en otros países que ofrecen ventajas competitivas o comparativas. Foto: Cuartoscuro.

Los acontecimientos globales han cambiado la forma de hacer negocios en todo el mundo. La pandemia, por supuesto, modificó la forma en que interactuamos, el trabajo, las relaciones de negocios, nuestro consumo, el mercado y más. Sin embargo, no ha sido la única eventualidad que ha alterado a la economía. A ella se le suman el conflicto de Rusia y Ucrania, así como el de China y Taiwán, que han generado una crisis logística al romper las cadenas de suministro mundiales y gran incertidumbre.

Esta coyuntura ha llevado a las empresas y también a los gobiernos a replantear las estrategias de offshoring para acortar la distancia entre los terceros que proveen servicios de maquila de productos o procesos específicos para una empresa y la propia empresa que los contrata, haciendo que surja una nueva práctica que se adapta para cubrir las nuevas necesidades del mercado: el nearshoring.

Esta estrategia, al igual que el offshoring, consiste en la externalización de ciertas partes de la producción de una empresa a terceros localizados en otros países que ofrecen ventajas competitivas o comparativas, la única diferencia es que en el nearshoring se busca que los terceros estén ubicados en países cercanos que incluso compartan o tengan una zona horaria igual.

Las largas distancias y las diferencias en horarios hacían que la dinámica de las cadenas de suministro de las empresas fuera más compleja, sobre todo ahora por la incertidumbre generada por la pandemia y las guerras, sobre todo para quienes mantenían la terciarización de su producción en Asia, específicamente en China.

Esta crisis logística, aunada a la decadente relación entre China y los Estados Unidos visto como el mayor importador del mundo, abren a México la oportunidad de desarrollarse como un actor clave para subsanar las necesidades del país vecino y no sólo por la cercanía, sino por las virtudes naturales, de infraestructura, talento e industria de nuestro país.

En primer lugar, las condiciones territoriales de México son envidiables, principalmente por contar con salida a los océanos Pacífico y Atlántico; y también por contar con más de 3,000 kilómetros de frontera con los EEUU y ser la conexión con el mercado sudamericano. Además, somos uno de los países con mayor biodiversidad del mundo.

En segundo lugar, contamos con una ventaja que solo comparten tres países en todo el mundo: el Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que desde su antecesor el TLCAN, nos permite formar parte de la zona más competitiva de todo el mundo.

En tercer lugar, nuestro país cuenta con 45 aeropuertos internacionales certificados, más de 23 mil kilómetros de vías férreas a lo largo y ancho del país, más de 400 mil kilómetros de carreteras y 117 puertos marítimos, siendo los más importantes: Manzanillo, Lázaro Cárdenas, Veracruz, Altamira y Ensenada.

En cuarto lugar, podemos presumir que como país somos una fábrica de talento, ya que contamos con 3,082 universidades de acuerdo con el Sistema de Información Cultural del Gobierno Federal, entre las que se encuentran 10 universidades en el Top 100 mundial de Higher Education y 17 de las 25 mejores universidades de Latinoamérica.

Por último, México se ha convertido en un país de gran relevancia para la economía global, dejando de ser un productor agropecuario, para industrializarse y volverse un gran productor y exportador de: automóviles, tarjetas USB, autopartes, pantallas planas, combustibles minerales, teléfonos móviles, tractores, aguacate, tequila y berries.

Estas son sólo algunas de las ventajas que nuestro país le ofrece al mundo y que podrían ser aprovechadas por mercados como el de los Estados Unidos y Canadá en esta nueva modalidad de nearshoring mientras nos duren.

Lo menciono así porque, al parecer, estas fortalezas de nuestro país son las que menos le interesa conservar al gobierno en turno. Es más, pareciera que estuviera en contra de todas ellas, y si no me creen, mencionaré algunos casos que lo evidencian:

  1. Contra el medioambiente y los recursos naturales del país: el Tren Maya, la construcción de refinerías y la necedad de explotar los hidrocarburos en lugar de apostarle a las energías limpias.
  2. Contra la armonía y cordialidad en las relaciones exteriores: las declaraciones del presidente sobre España, Estados Unidos o los integrantes del Parlamento Europeo, por mencionar solo algunas.
  3. Contra la infraestructura: la cancelación del aeropuerto de Texcoco, la pésima calidad de los caminos y carreteras autoconstruidas de los programas del gobierno, y los 127 kilómetros de carreteras construidos por año desde 2019 (menos del 10% de lo que se construía por año en administraciones pasadas).
  4. Contra el talento humano: la denostación de académicos, investigadores y científicos, las declaraciones y acciones contra el CONACYT, el menosprecio del gobierno por las universidades privadas.
  5. Contra la economía: todos y cada uno de los puntos expresados anteriormente.

Lamentablemente, esto es lo que hoy tenemos y con ello hay que salir adelante. Así que sigamos trabajando por sostener al país y levantarlo de este nuevo sismo que terminará hasta el 2024. ¿En Palacio Nacional estarán nearshoring…? #OpiniónCoparmex

 

Fernando A. Treviño Núñez

Consejero Delegado de Negociaciones Comerciales Internacionales de Coparmex

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