La madre de “Carlitos” habría reportado la desaparición de su hijo el 9 de noviembre después de que salieran a comprar pan y unos sujetos le arrebataran al menor, según su versión.
Ciudad de México, 11 de noviembre (SinEmbargo).- A dos días de haber sido reportado como desaparecido, Carlos Antonio, de cinco años, fue localizado sin vida en su propia casa en Chimalhuacán, Estado de México.
El menor fue identificado como primo de la niña conocida como “Calcetitas rojas” que fue golpeada hasta la muerte y reconocida nueve meses después de encontrar su cuerpo abandonado en Nezahualcóyotl. Él habría sido enterrado en una zona de terracería al interior del inmueble donde vivía.
De acuerdo con la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) es necesario realizar la necropsia para determinar la causa de su muerte, aunque fuentes cercanas a la investigación aseguraron que los propios padres admitieron haberle quitado la vida.
Carlos Antonio fue reportado como desaparecido el pasado 9 de noviembre por su propia madre, quien declaró haber salido con él por el pan a la calle Ingenieros, de la colonia Xochiaca, cuando unos sujetos se bajaron de un vehículo sin placas, la golpearon, le arrebataron al niño y huyeron.
Su ficha de Alerta Ambert que emitió la FGJEM fue compartida en redes sociales desde ese día: “Seamos empáticos y vamos a ponernos en el lugar de la Sra. Dulce, y por lo que está pasando. Vamos a ayudar compartiendo todo el tiempo y en todas las redes sociales hasta que ‘Carlitos’ regrese a casa con bien”.
La última vez que vieron a “Carlitos” vestía playera azul marino de manga larga, suéter azul rey del Capitán América y pantalón azul de mezclilla. Como señas particulares tenía un lunar en el lado izquierdo del cuello y una cicatriz en la cabeza.
Su prima “Calcetitas rojas”, fue identificada por sus familiares, quienes le decían “Lupita” porque no estaba registrada. Sufría maltrato familiar y también tenía cinco años el día en que fue brutalmente asesinada en el Estado de México.
Ella fue localizada sin vida en calles de la Colonia El Sol, en Nezahualcóyotl. Durante nueve meses, nadie identificó el cadáver ni fue señalado por el crimen.
Su madre y el padrastro de la menor fueron detenidos por el caso después de una intensa denuncia de activistas, y sentenciados a 88 años de cárcel por feminicidio.
