Como titular del OIC de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) Edgardo Flores Campbell jamás informó de las relaciones de García Luna con los cárteles de Sinaloa y de los Beltrán Leyva, pero tampoco se percató de nada cuando se desempeñó como director general de Contrainteligencia del Cisen, entre septiembre de 2010 y junio de 2012, ambos cargos en el Gobierno de Felipe Calderón
Ciudad de México, 17 de abril (SinEmbargo).– El funcionario del Gobierno de Felipe Calderón Hinojosa que falló en identificar los nexos con el narcotráfico de Genaro García Luna como Secretario de Seguridad Pública, el policía Edgardo Flores Campbell, es ahora el supervisor “ciudadano” de la política anticrimen en Tijuana, Baja California, el municipio más poblado de México y que gobierna Morena.
Flores Campbell, titular del Órgano Interno de Control (OIC) de la Secretaría encabezada por García Luna y director general de Contrainteligencia del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen) en el Gobierno de Calderón, reapareció como presidente del Comité Ciudadano de Seguridad Pública (CCSS) de Tijuana, luego de que, el 17 de marzo, rindió protesta ante la Alcaldesa morenista Montserrat Caballero Ramírez.
Con una carrera burocrática en gobiernos del Partido Acción Nacional (PAN) y hasta en el de Enrique Peña Nieto, Flores Campbell nunca vio en el sexenio de Calderón ninguna irregularidad ni complicidades con el crimen organizado de García Luna, quien en febrero fue encontrado culpable de narcotráfico en Estados Unidos.
Como titular del OIC de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), su deber era prevenir, detectar y abatir los actos de corrupción, así como promover la transparencia y el apego a la legalidad de los servidores públicos, mediante la realización de auditorías y revisiones a los diferentes procesos de la institución, pero jamás observó ninguna irregularidad de García Luna ni de sus allegados, varios de ellos encarcelados y prófugos por delitos de delincuencia organizada.
Flores Campbell fungió como titular del OIC de la SSP entre febrero de 2007 y agosto de 2010, pero desde ese cargo jamás informó de las relaciones de García Luna con los cárteles de Sinaloa y de los Beltrán Leyva, pero tampoco se percató de nada cuando se desempeñó como director general de Contrainteligencia del Cisen, entre septiembre de 2010 y junio de 2012, ambos cargos en el Gobierno de Calderón.
De hecho, Flores Campbell inició el sexenio como secretario general del Cisen, y ahí permaneció sólo unas semanas, después de haber sido coordinador de giras y logística de eventos de la campaña presidencial de Calderón, quien luego lo envió a supuestamente vigilar a García Luna y a sus policías allegados como Luis Cárdenas Palomino, Ramón Pequeño García, Iván Reyes Arzate y Facundo Rosas, actualmente presos o fugitivos.
Sin embargo, desde el cargo como titular del OIC de la SSP, ignoró denuncias sobre la corrupción que había en la Policía Federal, como la contratación de cientos de elementos que no acreditaron los controles de confianza o que tenían registros “criminales” en la extinta Procuraduría General de la República (PGR), en las procuradurías de Justicia de los estados y en la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), según documentos oficiales.
La directora general de Control de Confianza de la SSP, Gabriela Peláez Acero, firmó decenas y decenas los oficios que probaban que elementos policiacos no eran aptos para ingresar a las Fuerzas Federales de Apoyo de la Policía Federal, como lo denunció formalmente ante Flores Campbell, quien decía ser amigo íntimo de García Luna y de Calderón.
Al concluir el Gobierno de Calderón, Flores Campbell brincó al de Peña Nieto como titular de la Unidad de Asuntos Internos de la Policía Federal, cuando ésta regresó a la Secretaría de Gobernación (Segob) como Comisión Nacional de Seguridad, entre enero 2013 a febrero 2016, cuando García Luna hacía negocios millonarios a través de las empresas de las que formaba parte.
Después de separarse de ese cargo en la Secretaría encabezada por Miguel Ángel Osorio Chong, buscó ser Fiscal Anticorrupción de la entonces PGR, en noviembre de 2016, pero no lo logró.
Flores Campbell había sido un controvertido director de la Policía Municipal de Tlalnepantla, Estado de México, con el Alcalde Ulises Ramírez, quien fue coordinador de la campaña de Calderón en esa entidad y luego sería coordinador de asesores de Juan Camilo Mouriño como Secretario de Gobernación.
También fue jefe del Cuerpo de Alta Seguridad (CAS) en la entonces Delegación Miguel Hidalgo, encabezada por el panista Arne Aus den Ruthen Hagg, un grupo de supuestos “Robocops” que huyeron en un enfrentamiento con comerciantes ambulantes y fueron disueltos luego.
Con esa biografía, Flores Campbell regresó a su natal Baja California, donde se licenció como abogado, para asumir la presidencia del Comité Ciudadano de Seguridad Pública de Tijuana, que es un órgano de consulta, análisis y opinión en materia de seguridad pública en la ciudad gobernada por Morena.
En su toma de protesta, que le tomó la Alcaldesa Montserrat Caballero, Flores Campbell evadió su larga filiación en gobiernos del PAN y aseguró que “en los temas de seguridad somos daltónicos: no atendemos intereses de orden o agendas político-partidistas”.
Álvaro Delgado Gómez
Álvaro Delgado Gómez es periodista, nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1966. Empezó en 1986 como reportero y ha pasado por las redacciones de El Financiero, El Nacional y El Universal. En noviembre de 1994 ingresó como reportero al semanario Proceso, en el que fue jefe de Información Política y especializado en la cobertura de asuntos políticos. Ha escrito varios libros, entre los que destacan El Yunque, la ultraderecha en el poder (Plaza y Janés); El Ejército de Dios (Plaza y Janés) y El engaño. Prédica y práctica del PAN (Grijalbo). El amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas (Editorial Proceso) es su más reciente libro.