Qué tanto le busca Claudio X. González si ya tiene a su candidata presidencial. Para qué pierde tiempo si es la mejor de su elenco de 13 aspirantes. María Lilly del Carmen Téllez García, nombre completo de la Senadora Lilly Téllez, representa mejor que ninguno de ellos lo que hoy es la oposición al Presidente Andrés Manuel López Obrador y a Morena.
En medio de tantos precandidatos corruptos, desprestigiados y hasta fugitivos, que se hacen llamar “perseguidos políticos”, Lilly Téllez por lo menos no tiene orden de aprehensión ni le ha aparecido, hasta ahora al menos, una fortuna incongruente con su trabajo como conductora de noticias.
Si alguna duda sobre ella había, se desvaneció después de la ceremonia solemne de entrega de la medalla Belisario Domínguez, el miércoles 19: Lilly Téllez tuvo el arrojo de darle la espalda a Elena Poniatowska, la galardonada, para ser ella la única resplandeciente en el Senado. Con eso ratificó que es capaz de sacar provecho de todo como sea.
La “outsider” que han esperado los opositores a López Obrador ya está frente a sus ojos: Es una conservadora del talante de Cecilia Romero y Margarita Zavala, es también una “libertaria” en lo económico —que es neoliberalismo vil— y posee, además, los atributos físicos de una mujer madura. Es la Gloria Álvarez de México.
En el terreno de las lealtades, Lilly Téllez tiene convicciones endebles y acomodaticias, como los más prominentes de la oposición: Obtuvo la Senaduría por Morena, pero mudó al PAN y a Vox, las antípodas, y después de abominar a Margarita Zavala y Felipe Calderón, se les rindió.
Hasta su coordinador de precampaña presidencial, Roberto Gil Zuarth, es de las filas de Calderón, aunque debería preguntarle a su compañera Senadora Josefina Vázquez Mota si este abogado es de fiar en el manejo de recursos y en conseguir votos.
Aunque sólo terminó la secundaria, no importa: Lilly Téllez tiene el lenguaje estridente que gusta a priistas y panistas. No tiene ninguna experiencia de Gobierno, pero tampoco importa, porque ya prometió que meterá a López Obrador a la cárcel y con eso basta.
Sí: Lilly Téllez encarna, como pocos, el populismo de derecha que cree que es el antídoto contra el populismo de izquierda con el que asocia a López Obrador y Morena. Y por eso es la mejor candidata que puede tener la oposición que reivindica el modelo neoliberal.
A diferencia de los políticos tradicionales del elenco opositor, mujeres y hombres, Lilly Téllez no tiene el tamaño del desprestigio que ellos arrastran, aunque si Claudio X. González hace que la postulen, como jefe que es de la oposición, tendrá que asumir el repudio contra PRI, PAN y PRD.
Ante los 13 precandidatos presidenciales de la oposición, Lilly Téllez destaca y, en particular, ante el talante de Santiago Creel, Gustavo de Hoyos, Juan Carlos Romero Hicks, Demetrio Sodi e Ildefonso Guajardo, hasta brilla.
A la Senadora le ayuda también no tener el perfil de Enrique de la Madrid y Claudia Ruiz Massieu, hijo y sobrina de Miguel de la Madrid y Carlos Salinas, quienes instauraron en México el depredador modelo neoliberal, ni se parece a José Ángel Gurría, Secretario de Hacienda de Hacienda de Ernesto Zedillo, ni a Beatriz Paredes, operadora de enjuagues de Enrique Peña Nieto.
Y es claramente una mejor apuesta Lilly Téllez que los exgobernadores Francisco Javier García Cabeza de Vaca, Miguel Ángel Mancera y Silviano Aureoles, quiene en cualquier momento caen en la cárcel o se dan a la fuga.
Así es que no hay mucho de dónde escoger y la mejor carta de la oposición contra López Obrador y Morena es Téllez. Salvo que Claudio X. González decida otra cosa. Es el que manda.
Por cierto, el Gobernador Enrique Alfaro ha decidido también buscar la candidatura presidencial, no por el partido Movimiento Ciudadano, sino por la coalición del PRIAN o sólo con el PAN si cumple con el PRI tras la paliza en el Estado de México. Su problema es que el rechazo popular en Jalisco le da para muy poco…
Álvaro Delgado Gómez
Álvaro Delgado Gómez es periodista, nacido en Lagos de Moreno, Jalisco, en 1966. Empezó en 1986 como reportero y ha pasado por las redacciones de El Financiero, El Nacional y El Universal. En noviembre de 1994 ingresó como reportero al semanario Proceso, en el que fue jefe de Información Política y especializado en la cobertura de asuntos políticos. Ha escrito varios libros, entre los que destacan El Yunque, la ultraderecha en el poder (Plaza y Janés); El Ejército de Dios (Plaza y Janés) y El engaño. Prédica y práctica del PAN (Grijalbo). El amasiato. El pacto secreto Peña-Calderón y otras traiciones panistas (Editorial Proceso) es su más reciente libro.